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Preparar un espacio sagrado con ángeles - 02/05/2018

Crear un ambiente apropiado y prepararnos

La invocación es el acto de invocar o acudir a un espíritu, angel o deidad para pedirle su ayuda y protección.

Buscamos un lugar tranquilo dentro de la casa o al aire libre, donde nada nos interrumpa o distraiga. Nos depuramos antes de comenzar, tomamos una ducha antes de comenzar y nos ponemos ropa comoda.

Ambientamos con música, aromas y velas si lo deseamos, aunque no es necesario.

El mejor tiempo para hacer este ritual es cuando la luna esta en cuarto creciente, aunque lo podemos hacer cuando lo necesitemos.

Imaginamos un círculo de dos metros de diámetro, nos paramos en el centro mirando hacia el este.

Hacemos 3 respiraciones profundas mientras nos visualizamos rodeados de una luz blanca de extraordinaria pureza. Con los ojos cerrados le pedimos ayuda y protección a la Fuente de sabiduría infinita.

Con el dedo índice de la mano derecha nos tocamos la frente diciendo “TU ERES”, bajamos con el dedo en línea recta hasta el pecho y decimos “EL REINO”. Llevamos el dedo al hombro derecho mientras decimos “EL PODER” y luego al hombro izquierdo donde decimos “Y LA GLORIA”. Finalmente, poniendo ambas manos sobre el corazón, decimos “POR SIEMPRE JAMAS. Amén”.

Ahora nos visualizamos rodeados por los 4 arcángeles. Vemos a Rafael enfrente nuestro, al este a Miguel al Sur, a Gabriel al oeste y a Uriel al norte.

Con los ojos abiertos extendemos nuestro brazo derecho hacia delante, a la altura del hombro y comenzando por el lado izquierdo, lo elevamos hacia arriba a la derecha para trazar en el aire, con movimiento continuo, un pentagrama o estrella de cinco puntas. Este es un antiguo símbolo de protección que limpia y remueve todo tipo de energías negativas, protege, genera paz y armonía. A medida que lo vamos trazando lo visualizamos como una luz brillante.

Al finalizar su trazado señalamos su centro con el dedo índice del brazo extendido mientras decimos: “Arcángel Rafael, Gran señor del Este y príncipe del Aire, bienvenido y gracias”.  Trazar el circulo en el aire rodeando el pentagrama. Luego, con el brazo extendido, nos volvemos hacia el sur, repitiendo los pasos que hicimos al Este. Mientras apuntamos al centro del pentagrama decimos: “Arcángel Miguel, gran señor del Sur y príncipe del fuego, bienvenido y gracias”. Hacemos el circulo alrededor del pentagrama y nos damos vuelta hacia el oeste. Repetimos los pasos y recibimos a Gabriel diciendo: Arcángel Gabriel, gran señor del oeste, príncipe del Agua, bienvenido y gracias”. Rodeamos el pentagrama con el círculo y con el brazo extendido nos damos vuelta hacia el norte y repetimos el proceso. Esta vez decimos a Uriel diciendo: “Arcángel Uriel, señor del norte y príncipe de la tierra, bienvenido y gracias.” Trazamos el circulo y nos volvemos al este.

Hemos formado un círculo de protección y un espacio sagrado para trabajar. Cerramos los ojos y extendemos los brazos delante de nosotros cruzándolos a la altura de los codos para simbolizar la cruz y visualizamos a los Arcángeles alrededor nuestro, ya sea como ángeles hermosos o bien como bolas de energía o luces de color. Decimos en voz alta: Frente a mi está el Arcángel Rafael y atrás mío está el Arcángel Gabriel, a mi derecha está el Arcángel Miguel y a mi Izquierda el Arcángel Uriel. Tengo al Padre sobre mí y a la Madre debajo. Con toda esta ayuda y protección puedo lograr cualquier cosa”.

Tomamos una inspiración profunda, retemos el aire todo lo que podamos y exhalamos el aire lentamente. Permitamos que nuestro cuerpo perciba la sensación de poder alcanzar cualquier cosa.

Al abrir los ojos descubriremos, aun cuando no los veamos, la presencia de los ángeles.

Bajamos los brazos y volviéndonos hacia el sur le pedimos ayuda al Arcángel Miguel, Hablándole como lo haríamos con una persona amiga.

Para finalizar el ritual, volver a trazar con el brazo extendido los pentagramas, dándonos vuelta en el mismo orden que antes, en cada punto agradecemos y decimos “ahora destierro este círculo; Gracias Rafael arcángel del este y de aire. Nos volvemos hacia el sur con el brazo extendido, dibujamos el pentagrama y decimos: “ahora destierro este círculo; Gracias Miguel, Arcángel del Sur y del fuego, por todas tus bendiciones”. Con el brazo extendido nos dirigimos hacia el oeste y repetimos lo anterior diciendo: Ahora destierro este círculo; Gracias Gabriel, arcángel del oeste y del agua”. Y Finalmente lo mismo al norte diciendo: “ahora destierro este círculo; gracias Uriel, arcángel del norte y la tierra”.

Nos volvemos hacia el este. Nos inclinamos ligeramente y decimos “gracias Rafael”  repetimos lo mismo mirando hacia las otras direcciones agradeciendo a cada arcángel.

El ritual ha terminado, disfrutemos unos minutos de la relajación y la paz que se generaron en nosotros antes de volver a nuestras actividades cotidianas.

Gracias por tu compañía!  Que disfrutes de la presencia de los Arcángeles y pídeles su ayuda cada vez que los necesites. Con amor y Gratitud

Adriana Butto.